Armin Mortazavi

Armin Mortazavi saca cuidadosamente la cubeta de cristal de un frasco protector y cautelosamente la coloca en la sonda de resonancia magnética. Hace bien en ser cuidadoso, porque ese minúsculo receptáculo de cristal contiene dos semanas enteras de trabajo. Dentro de la cubeta, ha metido 40 microplacas de cristal que albergan 1.33 micro molares de moléculas de péptidos alfa-helicoidales idénticos, que sintetizó en un laboratorio de química adyacente. Dos de los 23 aminoácidos de cada péptido están marcados con etiquetas de deuterio (o "hidrógeno pesado") que ayudarán a obtener imágenes por resonancia magnética.

Ahora, Armin inserta la sonda en el espectrómetro de resonancia magnética, enciende el interruptor y espera 24-48 horas por los resultados – los picos y valles irregulares de espectros de resonancia magnética nuclear, los cuales él analizará para entender cómo los péptidos se inclinan y se mueven dentro de las bicapas lipídicas que simulan membranas celulares. 

“Es como hacerle una imagen por resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés) a una molécula,” dijo Roger Koeppe, un distinguido profesor de química, bioquímica, y el mentor académico de Armin. 

Este minucioso trabajo contribuye al conocimiento de las propiedades moleculares de las proteínas de membrana, las cuales cumplen un papel fundamental en señalización celular, tanto en los estados de enfermedad como en funciones biológicas básicas. El Proyecto Genoma Humano descubrió que alrededor del 30 por ciento de las proteínas codificadas por el genoma humano son proteínas de membrana; desde este descubrimiento, hasta el 50 por ciento de los medicamentos modernos se han dirigido a proteínas de membrana. Al proporcionar una comprensión fundamental, esta investigación podría dar lugar a nuevas ideas para tratar enfermedades neurológicas como el Alzheimer o el Parkinson.

 “Podría ser útil para entender cómo se agregan las proteínas, lo que es característico de algunas enfermedades neurodegenerativas, pero eso está aún muy lejos en este momento,” dijo Armin. “Nuestro objetivo principal es entender cómo las proteínas interactúan en el cuerpo.”

Armin es un estudiante de la Facultad de Honores con doble carrera en química y física, un Becario Bodenhamer, y el receptor de la Beca Goldwater, un premio nacional que reconoce estudiantes en matemáticas, ciencias e ingeniería, quienes están planeando cursar carreras en investigación científica. Sus estudios desarrollan el trabajo anterior de un estudiante de la Facultad de Honores, Kelsey Sparks, quien estudió la función que desempeñan anillos aromáticos en el movimiento de la misma familia de péptidos. Sparks fue la primera autora en un artículo publicado en el 2014 en Bioquímica, una revista líder en este campo.
 
Un trabajo previamente realizado en el laboratorio de Koeppe descubrió que una hélice peptídica similar se puede desenrollar o “deshacer” al final. Armin ha confirmado que hay múltiples péptidos que se deshacen al final, restringiendo la medida de su movimiento y ayudando a fijarlas adentro de una membrana lipídica.

“Los hallazgos de Armin sugieren que puede que los circuitos en las proteínas de señalización de la membrana tengan más importancia, y que hasta ahora se han ignorado en gran medida,” dijo Koeppe. “Su trabajo puede indicarnos una nueva dirección.”
 
Armin presentó su trabajo en reuniones de la Sociedad Biofísica en el 2015 y el 2016, y le nombraron primer autor en un artículo de una revista europea de primera línea, ChemBioChem en la edición de marzo del 2016. Su investigación apareció en la portada

Koeppe ha asesorado a más de 25 estudiantes de la Facultad de Honores, y seis de ellos han publicado sus investigaciones.  

“Hasta este momento, no he tenido a un estudiante que publique antes de graduarse,” dijo. “Armin empezó su investigación desde temprano, en su primer año. Es organizado, dedicado, trabajador y ha producido muchos resultados.”

La escuela de medicina es el siguiente paso a seguir en su agenda. Armin se dirige a la Facultad de Medicina de la Universidad de Georgetown [Georgetown University School of Medicine] este otoño, apoyado por una generosa beca con la opción de ingresar al programa de doctorado después de su primer año. Está considerando la cirugía y la oncología, pero espera sacar el tiempo para trabajar en el laboratorio: “Realmente disfruto la investigación, y quiero continuar con ella, así como también ejercer la medicina.”